<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://draft.blogger.com/navbar/11363529?origin\x3dhttp://weenie77.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
en isoHunt

05 diciembre 2007

Un kilo de esperanza, por favor

La conocí unos días antes, pero en realidad todo empezó en el puente de Diciembre, aquella noche en su chalet. Se acercan fechas que inevitablemente me van a recordar a Primilla, aunque de momento las primeras fechas importantes (Navidad y Nochevieja) ya van a ser diferentes, ya que me voy fuera de Valencia por primera vez en al menos cuatro años.

De todas formas, y aunque siga pensando en aquellos días con ella, estoy en un momento en que puedo decir sinceramente que no me afecta su recuerdo. Tal vez si algún día vuelvo a verla no pueda estar tan seguro de ello, pero no creo que se dé el caso. Y el tema de la soltería en general tampoco me afecta. Sí, tengo más ganas de emparejarme que hace unos meses, pero también muchas menos que hace unos años. Igual es porque desde este verano no he tenido tiempo para nada que no fuera trabajar y estudiar (y yo que pensaba que era imposible compaginar ambas cosas).

Así, ganas o no aparte, no tengo tiempo material para mucho más. A día de hoy si me surgiera alguna relación no tendría tiempo para todo, y alguna de las partes (trabajo, estudios, pareja) se resentiría. De hecho ya se está resientiendo otra parte, los amigos: hace mucho que no quedo con los colegas de la facultad como a mí me gustaría hacerlo.

Pero de surgir algo con una chica sería en clase o en el trabajo, y tampoco lo veo factible. Este año soy de la Comisión de Cenas y Fiestas de clase y llevamos una cena al mes desde Junio, pero el círculo de personas está prácticamente cerrado y no hay muchas expectativas con mis compañeras. Y en el trabajo... Bueno, somos muchos más y siempre hay algo, pero no le doy más importancia porque es imposible dársela a algo que apenas ocurre en mi cabeza y poco más.

Aún así, viendo estos meses pasados en su conjunto, sí que hay alguien especial, a quien llamaré Lolita por una broma reciente entre nosotros. Lolita es muy cariñosa, siempre me he reído mucho con ella, y llegó a reconocerme (y mira que me costó que me hablara en serio sobre este tema) que le gusto y que en otras circunstancias podría haber pasado algo entre nosotros. Esas otras circunstancias son que tiene ella novio, palabra que por cierto nunca he oído pronunciar de su boca y de lo que nunca me ha hablado, pese a que nuestras conversaciones son, en su gran mayoría, bromas sobre nosotros dos como pareja. Bromas que ella siempre me sigue, como cuando me entero de que se ha ido una semana de vacaciones con su pareja y a su regreso me hago el ofendido porque "me pone los cuernos con su novio", o como cuando le hago proposiciones indecentes y ella siempre aumenta la apuesta hasta el punto en que muchas veces soy yo el que da un paso atrás o no sé qué decir para superarla.

Lamentablemente, o quizá por suerte, Lolita no es Primilla. Es mucho más madura y sabe bien lo que quiere, así que no me va a resultar tan fácil "engañarla" como a ésta. Por mis palabras parece que no he tirado la toalla y que sigo confiando en que algo así ocurra, aunque en realidad es prácticamente imposible, a pesar del cariño que sé que me tiene.

Y lo sé por cosas como lo de ayer. Desde que empecé las clases ya no voy a su turno, así que la veo una de cada tres semanas, en el mejor de los casos. A veces viene bien distanciarse un poquito de las personas, porque el reencuentro suele ser más dulce, sobre todo con gente como ella. Me dió como tres abrazos en diez minutos, no recuerdo ni cuántos besos, y me dijo con voz lastimera, abrazada a mí y mientras me deleitaba con el olor de su pelo, lo mucho que me había echado de menos. Últimamente nuestros encuentros son muy parecidos, pero las muestras de cariño parecen ir en aumento según nos vamos viendo cada vez menos. Ya no recordaba lo que se siente cuando una chica como ella te coge de la mano, aunque sólo sea para llevarte aparte y no hablar contigo delante de los demás.

Nunca le he pedido su teléfono y nunca nos hemos visto fuera del trabajo, con el convencimiento de que nos seguiríamos viendo allí durante mucho tiempo y de que si había de pasar algo más no me correspondía a mí dar el paso y entrometerme en una relación. Ayer, cuando le dije que tal vez en Enero no podría seguir currando porque empezaba las prácticas del ciclo, por primera vez me pidió mi teléfono para poder quedar algún día si eso pasaba y tomarnos un café por lo menos.

Lolita no va a ir a la cena de empresa, ni a la de su turno ni a la que voy a ir yo. Por lo tanto lo que podríamos hacer, le dije, es tener una cena romántica los dos solos. Quién sabe, igual alguna de estas bromas acaba siendo realidad. Romántica o no, creo que después de todo me la debe.

Por último, para invertir el tono "amargo con sensación esperanzadora" del post anterior, no puedo dejar de lamentarme por que apenas un par de horas después de escribir todo lo anterior el domingo por la tarde, recibiéramos en casa otra llamada como la del 31 de Octubre, de las que te desgarran el alma, en este caso la de mi madre, y por efecto dominó dejan gravemente heridas las de las personas a su alrededor, principalmente la de mi padre, y la mía.

Y me pregunto qué es la vida sino un continuo contraste de amargura y esperanza. Al menos desde que se han acentuado ambos términos en la mía, sé valorar mejor lo positivo que me rodea y parece que lo veo todo con otros ojos. Será la madurez.

Etiquetas: ,