Optimism 101

Me gustaría poder decir que ya estoy mucho mejor de ánimo, y de hecho sólo me he puesto a escribir esto para hacerlo y tranquilizar a los pocos que me conocen de quienes me he aislado voluntariamente desde hace más de un mes por una causa o por otra y que sé que leen mi blog. Y también para autoconvencerme a mí mismo, para qué negarlo.

Me gustaría poder decir, al menos, que estoy un poco mejor. Pero no deja de ser algo muy relativo, y cerrar los ojos a los problemas nunca los ha solucionado. Por eso cuando miro a esa realidad que tanto dolor me causa, aunque sólo sea para echar un vistazo en uno de mis múltiples comportamientos autodestructivos, y descubro que me sigue doliendo más de lo que me esperaba cualquier pequeño nuevo detalle que descubro sobre ella... No sé si decir que estoy bien será pensamiento positivo, o directamente autoengaño.

Vivo en un estado de apatía profunda, aletargado gran parte del día delante de la caja tonta, alejándome cuanto puedo de todo lo que me recuerda a ella, sin ganas absolutamente de nada. No encuentro motivación en nada de lo que me rodea. Mi vida vuelve por momentos a ser un sinsentido, un dejarse llevar por la corriente, hasta que el corazón deje de bombear, tal vez mañana, tal vez hoy mismo. Ni me apetece ponerme a estudiar, con lo que me gustó volver a las aulas a principio de curso, ni me apetecía muchos días irme a las mascletás, algo impensable en mí, y a las que fui este año más por inercia que por gusto. Ni siquiera me apetece, ahora mismo, volver a enamorarme, que es lo único que me hacía levantar un poco la cabeza cuando peor estuve hace nada, la ilusión por sentir eso de nuevo. De hecho he perdido la ilusión por todo.

Me he alejado unos minutos de la droga que mejor me funciona, la televisión, lo único que me hace no pensar en ella, para conectarme y escribir unas pocas palabras alegres y tal vez algún correo que tengo pendiente. Pero he sido débil y he visto una foto suya nueva de estas Fallas, y ya vuelvo a estar hundido. Así que tengo que dejarlo aquí. Volveré a acurrucarme en mi cama, cerraré los ojos, y desearé que todo pase y lleguen tiempos mejores. En fin, ya sé que esto no es que anime mucho a nadie, y menos a mí, pero volveré a intentarlo a ver si yo también me lo creo un poco: tranquilos todos, que ya estoy mejor.

Siento no ser más convincente. Al fin y al cabo nunca he sido un experto en optimismo.