Doctor en Alaska

Trabajar a turnos de mañana y tarde tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Un claro inconveniente es que cada quince días sales del curro a las 22:00 del viernes y entras a las 6:00 del lunes siguiente, por lo que apenas descansas ni te da tiempo a salir mucho. Una ventaja, en cambio, es que cada quince días sales a las 14:00 del viernes hasta las 14:00 del lunes siguiente. Como este fin de semana.

Tenía muchas cosas pensadas para hacer estos días, siendo muchas un número mayor que dos y menor que cuatro, pero al final no se han cumplido todas.


1. Viernes
El viernes pensábamos hacer una cena con los del trabajo para reunirnos de paso con algunos ex-compañeros que no han tenido la suerte de renovar su último contrato como nosotros, pero al final no se hizo. Ninguno de los ex iba a acudir a la cena, y de los cuatro gatos que íbamos a ir, y que nos vemos todos los días, un 25% estaba enfermo.


2. Sábado
Media España, por no decir toda, está de carnavales este fin de semana. Yo nunca los he celebrado, primero porque solían coincidir con las fechas de exámenes en la universidad cuando yo estudiaba, y segundo porque, como ya he dicho muchas veces, a mis amigos-compañeros-frontenistas les encanta hacer planes sentados en un bar, pero llevarlos a cabo es harina de otro costal.

Pero con el cambio de aires han llegado amigos a mi vida que en lugar de decir tenemos que ir algún año a los carnavales de donde-sea, dicen el sábado me voy a los carnavales con mis amigos, y tú te vienes. Así que el sábado me fui a un pueblecito no muy lejos de Valencia, Villar del Arzobispo, con Taku y sus amigos. Y con Sandra, que parece que empieza a estar cansada de tanta discoteca los fines de semana y no le importa lo que le digan sus amigos al respecto, y se vino con nosotros a última hora.

Como suele pasar, es casi más divertido prepararlo todo que llevarlo a cabo, así que hablar de los disfraces y prepararlos ya tuvo su guasa. Al final Taku acabó siendo la enfermera Wendy, su amigo David, que nos llevó en coche, fue la doctora Amor, y yo mismo fui el doctor en Alaska (más que nada por el frío que pasamos, que fue muchísimo). Los tres íbamos acompañados de una encantadora monjita, muy recatada ella, sí, pero que intentó sonsacarme información aprovechando que yo estaba bebido. Y sin secreto de confesión ni nada, ahí, en medio de la calle, con todo el mundo oyéndonos. Pero fui fuerte. Sor Citroen, creo que se llamaba.

Al final fuimos doce personas, y todas disfrazadas, así que estuvo bastante bien. Lástima que me diera un dolor de cabeza muy molesto bastante pronto y que me duró toda la noche. No es que me impidiera divertirme, pero podría haber sido mucho mejor. Y lástima que no tenga ahora mismo en mi poder las fotos que nos hicimos, porque cuando me las pasen ya no podré publicar ninguna como merece la ocasión.

Para acabar la noche, la lluvia que caía tímidamente al principio empezó a coger fuerza, pero ya nos pilló de camino al coche. No tuvimos incidentes con la benemérita (la doctora Amor no había bebido), así que el regreso fue tranquilo. Yo tampoco bebí mucho, así que se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Por momentos recordé situaciones parecidas en el asiento trasero de un coche, con Inés y mi primo. Además, la compañía era inmejorable. Y la música, grabada ex profeso para la ocasión, me trajo recuerdos que me pusieron las emociones a flor de piel.


3. Domingo
Tras el último arrebato por mi parte al no recibir respuesta de Anita durante la semana a mis requerimientos para poder vernos, decidí que iba a ir a Alicante sí o sí, este mismo domingo, y se lo hice saber a ella. Finalmente conseguimos hablar por el messenger, y me aclaró algunas cosas. Está pasando un mal momento familiar, de ahí su silencio, pero sí que quiere verme, que es lo que yo empezaba a dudar seriamente.

Por un momento estuvo a punto de venirse de carnaval el sábado con todos nosotros, pero le daba vergüenza ir con tanta gente que no conocía, y la comprendo. Y el domingo, de resaca, era un mal momento para vernos, y yo lo sabía. Así que el tercer plan de este largo fin de semana que acaba ahora mismo, tampoco se cumplió, pero ya se ha comprometido a venir ella a Valencia tan pronto como el sábado que viene, si sus circunstancias personales no se lo impiden. Nos iremos de fiesta por la noche, y nos lo pasaremos lo mejor que podamos.

Lo que pase entonces, nadie lo sabe. Aunque sólo de pensar en ese día voy a estar nervioso toda la semana.

Actualmente escucho: un poco de todo.