Mejor solo

Amigos, colegas... parece que ya no son más que compañeros. Ex-compañeros más bien, de un deporte que ya no practico (y al paso que voy puede que no vuelva a practicar nunca) y que tampoco echo de menos.

El viernes volvieron a surgir tiranteces. Puede que yo haya cambiado, o puede que todo sea como antes salvo por el pequeño detalle de que ahora no les permito ni una, y si tengo que discutir con ellos, discuto. Esta vez fue culpa mía, iluso de mí, por creer que por una vez íbamos a hacer algo según lo habíamos planeado. Nos tomamos una cerveza, cenamos, y luego íbamos a ver una película que ya habíamos decidido la semana pasada.

Algo tan sencillo como elegir una película se convierte en una odisea con ellos. Y yo me rebelo, y me enfado, porque estoy hasta los mismísimos de que siempre hagan lo mismo y se acaben saliendo con la suya. Estuve a punto de irme a casa antes de cenar y dejarles solos, y tal vez debería haberlo hecho.

Ya no me creo nada de lo que me digan. Ahora parece que vamos a ir a la nieve, pero yo no me creo nada. ¿Cuántos años hace que oigo la misma canción? Como lo del concierto. Quieren ir al FIB, pero esta vez no seré yo quien lo haga todo. El que quiera peces que se moje el culo.

El tiempo pasa, y no es cosa de una rabieta temporal mía. No me divierto con ellos como antes, y aunque a veces lo haga, nunca volverá a ser lo mismo porque también hay momentos amargos que antes no se daban. Y a pesar de todo sigo viéndoles y pasando momentos como el del viernes. Puede que haya llegado la hora de ser un poco egoísta y hacer sólo lo que me haga feliz. Las partidas interminables de frontón con ellos no son más que un recuerdo que no me produce ni nostalgia. Dentro de poco ir al cine con ellos será lo mismo: un mero recuerdo.

Se acabaron las burlas porque no les gusta la película que yo elegí, se acabó el reírse en plan infantil durante una película seria que yo quiero ver en serio. Se acabó todo eso. Para ver una película a gusto no necesito a nadie.

Y lo próximo me lo veo venir. A lo mejor estoy flipando y me he vuelto un estúpido integral, pero me parece que con treinta años ya pasados que tienen todos, se es un poco mayor para salir un fin de semana y acabar cenando en un McDonald's rodeado de adolescentes. Ni soy un gourmet, ni me sobra el dinero (de hecho soy el que menos gana de los cuatro), pero creo que esa etapa de mi vida ya debería haber acabado.

Hasta aquí la enésima rabieta con los que hace poco consideraba mis amigos. Ya veremos cuánto tarda en llegar la próxima, si la hay.