Triste Navidad
Siempre he sido, o me ha gustado considerarme así, una persona muy familiar. Y no hay mejor fecha para quien puede disfrutar de la familia, que la navidad.
Tampoco ha sido este año el primero que no he tenido vacaciones y no he podido irme fuera, pero sí que ha sido el primero que he pasado solo la nochebuena. Aunque también es cierto que, por una parte, ha sido mejor que el año pasado, cuando nos intoxicamos doce personas en la cena y pasamos el día de Navidad repartidos (o bien intercambiándonos los sitios) entre la cama, el lavabo, y el hospital.
La semana pasada mis padres se fueron de vacaciones. Me quedé solo en casa, con mi perro y mis penas. Ni siquiera tenía internet, que en otras circunstancias no habría echado de menos si no hubiera sentido la necesidad imperiosa de messengear con mis compañeros del curro, a los que veía ocho horas cada día, para no sentirme excluido. Una más para mi lista de rarezas. Me sentí muy solo, y lo pasé peor que nunca. Dos días como aquel, y hoy no estaría vivo.
Para el día 24 invité a comer a casa a los frontenistas, que trajeron pizzas y una botella de cava, y yo puse el resto... de bebidas. Hasta las ocho nos dio tiempo a comer y beber mucho. Y a reírnos, que falta me hacía. Porque justo antes de que llegaran a comer, llegué yo a casa del trabajo, y me llevé un tremendo disgusto.
Mi perro, pobre animalico, que llevaba tres días pasando la mayor parte del día solo encerrado en casa (no es nada que la mayoría de perros no sufran, pero el mío aún no está acostumbrado) había dado buena cuenta de la pintura (y parte de la puerta) de la casa.
Hacía menos de una semana que se habían ido los pintores, y el mayor miedo de mis padres por dejar el perro solo era que ocurriera lo que había ocurrido esa mañana. Cuando entré y vi el suelo lleno de yeso y papel pintado, me entró una rabia desconocida en mí. Me puse a pegar gritos, le daba patadas a todo lo que encontraba por el suelo (haciéndome daño, incluso), recogía las cosas y las volvía a estampar contra el suelo o contra el mármol de la cocina... De una patada mandé una zapatilla contra el cristal del horno y no sé cómo sigue entero. Por un momento me incliné sobre una mesa y me eché a llorar, pero me duró poco. No paraba de andar por toda la casa con los puños y los dientes apretados maldiciendo al animal a gritos y resoplando como una bestia. No podía estarme quieto.
A todo esto, el perro estaba tumbado en su colchoneta temblando de pies a cabeza. No le pegué porque estoy en contra de ello, pero sí le estiré un par de veces del cuello de muy mala manera. No sé cuánto me duró el rebote, pero menos mal que llegaron mis amigos enseguida para comer, o me habría amargado el resto de la tarde. Y mira: gula, pereza, envidia, y ahora la ira. Ya me falta un pecado menos para la colección. Ahora cuando lo recuerdo me río, pero entonces no era así.
Además caí enfermo, una faringitis que llevaba arrastrando desde la cena de empresa y que el sábado ya me hizo desistir de los pocos planes que tenía de salir de fiesta. Ni siquiera Ximo, con la propuesta de última hora de salir con el grupo de su hermana y sus amigas, me hizo animarme. Mi cena de nochebuena consistió en los restos fríos de la pizza de mediodía, y mi compañía el presentador del telediario. Por lo menos no me sentó mal como la del año pasado. Un buen cóctel de antibióticos, analgésicos y antitusivos, ayudados con un vaso de leche caliente, y una buena cama con unas cuantas mantas, aliviaron mi cuerpo. Lo que nadie podía arrancarme del alma era la tristeza de estar enfermo y sin nadie que me cuidara. Ni siquiera Papá Noel iba a acompañarme esa noche.
El domingo, día de Navidad, comí en casa de mi abuela, que está enferma, así que tampoco fue la atmósfera alegre de otros años, aunque estuvieran allí mis tíos y primos de Castellón. La tristeza me acompañaba allá donde iba, así que me la llevé pronto a casa y pasé la tarde con ella, limpiando un poco y recogiendo los restos de la velada del día anterior.
Y esta semana también ha tenido su miga, y mucha, así que podría pasarme otras dos horas tecleando mis muchas penas (y alguna alegría) acontecidas en estas fechas de jolgorio y felicidad universal, pero eso podrá esperar. Voy a ayudar a mis padres y tíos a preparar la cena. Al menos hoy no estaré solo.
Bueno, aunque me duele un poco la cabeza.... ya sabes no se por qué pero esa copita que bebo de cava me da unas resakas interesantes, porque ya sabes que yo no bebo... he querido nada más levantarme entrar para enviarte un abracillo y felicitarte el año!!!. Como sé la importancia que le dais a esto de los blogs, recuerda que estoy preparando una tesis sobre ellos, temblad!!!! sé que leerás mi felicitación antes aquí que si te envio un sms.... llamadme agarrado jajaja pero sé que así es. Pues eso Joe, que Feliz año, que en mi blog tienes un deseo para ti y que el jueves si algún constipado no lo remedia nos veremos. Abrazos y a exigirle al 2006 todo lo que el 2005 se ha negado a darnos!!! :-))))
Feliz año nuevo! VAya, siento q pasaras nochebuena solo! Pero no dejes q la soledad te entristezca tanto!
Besotes
La verdad es que a veces el hecho de estar rodeado de gente no evitar que te sientas más solo que estando solo (por desgracia). Esperemos que la nochebuena del 2006 sea mejor y más alegre.
PD: Ya han visto tus padres el estropicio que ha hecho el perro????
Hola,
Somos un grupo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona que está realizando un estudio sobre el futuro del uso de los blogs.
En la actualidad los blogs son un medio de comunicación en expansión y por ello seria de gran relevancia contar con tu opinión.
La propuesta se basa en la participación en un foro sobre el tema evolución de los blogs, preferencias temáticas, conflictos vigentes, motivaciones de uso, etc).
Antes de nada agradeceríamos que nos respondieses un breve cuestionario que te adjuntamos a continuación, para poder enviarte la convocatoria de discusión.
CUESTIONARIO
1- Edad:
Estudios:
Profesión:
¿Desde dónde accedes normalmente a la red (ordenador personal, cibercafé..)?
2- ¿Tienes blog o página personal propia?
¿Desde cuándo?
¿Qué temática trata?
¿Y aproximadamente cada cuánto modificas el blog?
3- ¿Lees blogs habitualmente?
¿Desde cuándo?
¿Qué temas prefieres?
¿Con qué frecuencia semanal lees otros blogs?
4- ¿Has tenido algún conflicto relacionado con tus opiniones personales en tu propio blog?
¿Y en otros blogs?
5- ¿Qué crees que te motivó a iniciarte en el mundo de los blogs?
Gracias por tu colaboración
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