Tacita a tacita
Recuerdo perfectamente (gracias al blog recuerdo incluso el día exacto) cuando me creaba una ansiedad considerable el no ser capaz de hacer regalos a mis amigos. A mis nuevos amigos, ya que con los de siempre es una costumbre que sigue estando por estrenar. Pero ya se sabe, nuevos tiempos, nuevas costumbres. Y ahora, con la mínima escusa, me gusta tener detallitos con la gente. Me encanta la cara de sorpresa que suelen poner cuando lo hago. Aunque ahora que lo pienso, con los de la universidad es al contrario, lo de los detalles está tan extendido que lo tenemos todos por algo normal. Supongo que también es bonito, aunque de otra manera.
Pero para llegar a eso hay que pasar por un punto medio, y me he dado cuenta de que es algo tan fácil como aprovechar la oportunidad. Ejemplo práctico: (1) llevo más de una semana usando un libro de texto de Nuria porque aún no he conseguido el mío (una copia, para ser exactos); (2) me hacía falta un estuche nuevo, porque se me rompió la cremallera del mío hace tiempo, y un día escuché casualmente que ella también necesita comprarse uno.
¿Quién no sabe sumar uno más dos y llegar a la única conclusión posible? Esto es, comprar dos estuches y regalarle uno por su amabilidad conmigo. Más fácil, imposible. Y dada la magnitud del objeto, y con lo que me he ahorrado gracias a ella al no comprarme el libro, esta vez el dinero no es una excusa.
- Cristian, ¿te importa que me siente hoy a tu lado y compartamos el libro? Es que aún no tengo el mío.
- Claro, hombre, ponte aquí.
- Gracias. Luego me apuntas lo que te debo y ajusto cuentas contigo a final de mes. Y con Nuria, que también le debo algo -añadí levantando un poco la voz-.
- Yo no quiero dinero -dijo ella girándose-, lo que necesito es un estuche.
- Mmmmm... ¿grande o pequeño?
- Pequeño.
- A ver... -metiendo la mano en mi mochila.
- No, si tendrá un estuche ahí y todo...
- ¿Este te va bien?
Coser y cantar. Y pese a tenerlo todo más que planeado creo que ha parecido lo suficientemente casual como para que ella (eso espero) no vea dobles intenciones en mi gesto (que no las hay, lo juro y perjuro). Porque si tenía que romper el hielo con alguna compañera primero era con ella. Al fin y al cabo, es de las más extrovertidas y lo suficientemente simpática conmigo como para no sentirme incómodo al hacerlo.
¿Qué culpa tengo yo de que además tenga un físico espectacular, un tatuaje que dispara la imaginación y unos ojos que invitan a perderse en ellos para siempre?
noooooooooooo no hay dobles intenciones.... que vaaaaaaaaa
jajajjajajaja
un besote guapo!!!
Ala xiket! Pero entonces sigues estudiando? No habías acabado ya Física???
Qué gran último parrafo, jeje...
Un consejo, ya sabes lo que pasa en el mar de Valencia cuando las estrellas caen, fenomen... ;)
Seguro q no hay una intención además de agradecerle el detalle de dejarte el libro???
De todos modos si la hay, no es malo tenerla. Es una buena forma para acercarse a ella.
Besotes
Aish, a mi también me encanta dar este tipo de sorpresas... Seguro que la chica esta encantada. :-)
yo soy de las que regalan detallitos sin ser cumpleaños, me encanta.. de hecho tengo ya el regalo de zerezade que es en junio. Si, lo dijo de casualidad y yo me lo anoto en mi agenda para cuando llegue saber ya lo que quiere... aunque estos regalitos no necesitan de cumpleaños sino de buenas intencias amigas. En el cumpleaños es compromiso, otro dias es querer.
besos joe
joee no me asustes!! estas malito? bueno, tranki, si dios quiere todo se pasa.
Y tienes razon, nunca nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que nos falta, y la salud es una de las cosas menos agradecidas que tenemos.
besos
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