Ascenso familiar

Ya son muchas las veces que he entrado y salido de la fábrica, así que no debería suponerme ningún esfuerzo, pero sí reconozco que el miércoles tenía ese hormigueo en el estómago.

El primer día me los rasqué a dos manos. Si no supiera cómo funciona la fábrica me extrañaría que me hubieran interrumpido las vacaciones para eso. Al segundo ya tuve trabajo, y asustaba un poco. Una línea de producción de alto volumen (aquello escupe las tarjetas a una velocidad considerable) y yo solito tenía que controlar las cuatro o cinco máquinas que forman la parte final, de test. Se nota que me han ascendido, porque en mi contrato pone que soy montador y esa es una labor de técnico. Todo llega, dicen, aunque no es que deseara esa responsabilidad extra, pero se tiene que notar que ya no soy el sobrino del encargado (a.k.a. trifásico de m...), ahora soy el sobrino del director. Toma ya. De momento procuro guardar el secreto, ya que mis compañeros no me conocen. Me divierte ver cómo la gente critica al jefe delante de mí sin saber que yo soy familia directa suya, y aparte tampoco quiero que me miren o me traten de diferente forma.

Ayer seguí aprendiendo el "oficio" de técnico, y promete ser entretenido hasta que lo domine, y aburrido cuando consiga que las máquinas funcionen correctamente y sólo tenga que sentarme a ver pasar las tarjetas. La duda es si eso ocurrirá antes de que acabe mi contrato. Que es de seis semanas, antes de que vuelva a estudiar.

Lo que sí que parece que voy a conseguir antes de eso, es conocer bien a mis nuevos compañeros. El primer día me llevé la alegría de coincidir con Taku, pero la cosa fue breve porque era su último día allí. Sandra también está dentro, y no muy lejos, pero la diferencia de turnos hará que sólo coincida con ella dos de las seis semanas. Si mi tío no me cambia de sitio y/o de turno, claro (toco madera).

Así que prácticamente todos los que me rodean son desconocidos, pero en solo tres días ya parece que he hecho progresos. No del tipo que me gustaría hacer con cierta chica bastante interesante y aparentemente soltera que hay en mi turno, pero sí he empezado a hablar y bromear con soltura con varias personas. Y eso, en solo tres días, para mí es un progreso.

De modo que estoy más o menos como la última vez, en un trabajo medianamente aburrido (claro que si no lo fuera, no te pagarían por hacerlo), solo que a diferencia de entonces, hay gente agradable a mi alrededor. Y en cuanto a Sandra, que se alegró sinceramente de que fuéramos a coincidir en la fábrica, y le supo igual de mal que a mí que no pudiéramos coincidir del todo en los horarios, está muy bien. Empieza a estar cómodamente instalada en su casa, que ya tenía ganas y se le nota, y yo, aunque me cuesta y mucho, intento no perder el contacto con ella. Espero con ganas esas dos semanas que coincidamos. Echo de menos los cafés con ella.

Al menos la veré más a menudo que antes. Me lo paso bien con ella, y a su lado vuelvo a ser winy. Pero eso tampoco lo saben mis compañeros.

Actualmente escucho: White riot (The Clash)