<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/11363529?origin\x3dhttp://weenie77.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
en isoHunt

08 agosto 2006

Como en los viejos tiempos

Acabo de llegar, como quien dice, de mis vacaciones, y ya sé que llevo sin trabajar ni estudiar desde abril, pero unas vacaciones no lo son, al menos para mí, si no sales de tu entorno habitual.

Y pensé que se me haría extraño volver a Gerona después de que mis visitas, desde la infancia, se hayan distanciado considerablemente, pero no ha sido así. Han sido sólo cuatro días, porque mañana empiezo a trabajar de nuevo y he tenido que adelantar mi regreso, y aunque ya me lo esperaba, lo que me ha sorprendido es que me ha dado rabia tener que hacerlo.

He pasado la mayoría del tiempo con mi tía de Palafrugell. Está pasando momentos difíciles con la operación, y necesita estar rodeada de su familia. Como mínimo eso le quita tiempo para pensar en otras cosas más negativas. Yo particularmente he estado en mi papel: "arreglando" el pc de mi primo y "poniendo en marcha" el portátil que se ha comprado mi tía. Algún día me compraré la típica camiseta freak: "no, no pienso arreglar tu ordenador", pero no será para llevarla puesta allí. Al menos esta vez lo he hecho muy a gusto.

En estos escasos cuatro días me ha dado tiempo, primero, a ver jugar a Manel. La pena es que cuando le veo jugar es siempre por estas fechas, es decir, en pretemporada, y no es igual que si se tratara de un partido oficial, ni aunque el amistoso sea contra el Figueras de 2ªB. Con lo poco que me gusta el fútbol, y se me puso la piel de gallina cuando estuvo a punto de marcar un golazo a todo un Figueras (de categoría superior a su equipo de este año). Lo malo de la tarde/noche, que a pesar de ver el partido en familia no hubo un ambiente agradable para mí: jamás he pasado tanta vergüenza ajena como ese día. Nota mental para la próxima ocasión: irme de la grada y alejarme de la familia escandalosa.

Y otra de las cosas que he podido hacer en tan poco tiempo, aparte de conocer a la siguiente novia de Manel (segunda que yo conozco, al menos, pero dale tiempo, que es joven y va camino de igualar a su hermano), fue pasar el sábado noche con mis primos. Iba a decir salir, pero o bien Jaime se está haciendo mayor, o está ahorrando, o lo que sea, ya que en lugar de salir de discotecas (por ejemplo para ir tan lejos como a Pont Aeri, en Barcelona) últimamente pasan la noche de los sábados en el bar de sus padres, jugando a las cartas o a juegos de mesa varios con algunos amigos. En esta ocasión yo fui uno de ellos, y puedo reconocer sin vergüenza alguna que me lo pasé mejor que si hubiéramos salido.

Jaime cuando no está bajo los efectos de ninguna sustancia ni echando culebras por la boca en forma de insultos racistas o xenófobos contra moros o gabachos, ni contando chistes machistas de dudoso gusto, ni despotricando sobre su padre, un padre que en ocasiones he llegado a dudar si se lo merece... Salvo en esas ocasiones, es un buen tipo. Cierto es que parece haber encontrado estabilidad en Marina, alguien que no acaba de ser demasiado querida en la familia pero que empieza a ser tolerada bastante civilizadamente, y que con 24 años ya no se tiene edad desde mi punto de vista para hacer ciertas cosas, pero en el fondo yo sé que es un buen tipo.

El sábado por la noche, prácticamente el único rato que compartí con él en mi estancia por el norte, mostró su mejor cara. Tampoco pido que haga nada por mí o que tenga detalles de buen amigo conmigo, que los tiene aunque últimamente con cuentagotas, y a su manera. No puedo evitar la sensación de que cuando quiere que me vaya con él de fiesta es por hacerme un favor y ayudarme a divertirme, cuando yo en realidad me divierto más en otros ambientes. Yo con verle a él divertirse sin hacer daño a nadie y participar de sus risas, me conformo, y ojalá vengan muchas noches como la de este sábado.

Esa noche la novia de Manel también fue una agradable sorpresa. En palabras de mi tía, y qué ciertas resultaron ser, "ésta al menos habla". Aparte de buscársela muy guapa y de 17 años (prácticamente su misma edad y lógico por otra parte: a esa edad es difícil no fijarse también en lo bien dotada que está la chiquilla), esta vez la chica es simpática y abierta. Alabado sea el cielo.

Y me alegro por él, porque es la última esperanza que me queda para no separarme definitivamente de esa parte de mi familia que tanto quiero. Sus tíos, que son como mis segundos padres, y mis primos Manel y Jaime, los hermanos que nunca tuve, aunque los haya visto crecer y me duelan algunas de sus decisiones vitales. Pero Manel es diferente a su hermano, aunque muy parecido en lo básico. Si esto fuera una serie de televisión americana, y yo tuviera el valor de hacerlo, le diría lo orgulloso que estoy de él, porque es el sentimiento que más se aproxima a lo que me inspira su persona hoy en día.

Cuando tuve que ir de Palafrugell a Figueras para coger el tren de vuelta a casa antes de tiempo, dio la casualidad que fue él quien me llevó en coche. Y la casualidad, o las tres hilanderas que tejen nuestro destino (no puedo dejar de recomendar el libro que me estoy leyendo en la actualidad, y que he devorado en sus tres cuartas partes esta mañana en el tren hacia Valencia) quiso que pilláramos atasco en la carretera y tuviéramos tiempo de hablar.

Le pregunté, como quien no quiere la cosa, si sabía algo de Inés, y no supo decirme ninguna novedad, salvo que cree que ya tiene otro novio, lo cual yo no sabía pero era de esperar. Siempre que voy intento llamarla o buscar un hueco para ir a verla, y casi nunca es fácil, pero esta vez ni siquiera me ha dado tiempo a intentarlo. También le pregunté sobre Cris, de la que también creo haber escrito en este blog. Hablamos de muchas cosas, y me hizo sentir como si nunca hubiéramos dejado de vernos. Es una persona muy popular en Figueras, que no es precisamente un pueblecito, y conoce a mucha gente, pero soy su primo y me llama y se acuerda de mí tanto o más que yo de él. Y sólo por esto voy a intentar volver a verle antes del verano que viene, aunque sólo sea para verle jugar, porque me hizo sentirme querido a pesar de la distancia. Me ha dicho que me avisará cuando juegue cerca de Valencia, y yo sé que lo hará, así que intentaré ver más a menudo a mi primo favorito.

Y anoche nos fuimos él y yo a cenar con nuestros respectivos padres, otra de esas cosas que tantísimo echo de menos de mis vacaciones en tierras catalanas. Al trabajar en hostelería, mis tíos lo último que quieren al llegar a casa es ponerse a cocinar, por lo que casi siempre que no están en el restaurante (que es en contadas ocasiones) comen o cenan fuera. Para ellos es algo habitual, pero para mí es toda una celebración, y tengo incontables recuerdos de restaurantes y pueblecitos de la costa gerundense que me hacen ponerme nostálgico hasta el punto de asomar una lagrimilla por mis ojos, y más ahora que acabo de regresar a casa y estoy solo, ya que mis padres siguen allí.

Como cuando volvíamos del partido el sábado. En carretera, de noche, en el asiento de atrás de un coche de camino a Figueras. Por un momento miré a mi lado y creí ver, en el asiento vacío que me acompañaba, a un Jaime con cinco o seis años menos, y en medio de los dos su novia, Inés, que me acariciaba una mejilla con una dulzura y una sonrisa...

...

Han pasado un par de horas y se me ha ido el nudo de la garganta, y con él el sentimentalismo de todo el post. Menuda parrafada, para que luego digan que no escribo. Esta tarde me he dejado llevar por los enlaces a blogs de algunos de ellos que ya conocía, y he descubierto páginas interesantes. Lamentablemente, aunque me gustaría éste no va a ser un blog de esos, llenos de fotos, con un gran diseño o muchos lectores que se llegan a conocer en persona. De momento me sirve de vía de escape, a veces pienso en lo que voy a escribir y entonces añado fotos o links pensando que le van a servir de algo a alguien. Otras, como hoy, me siento sin pensarlo y me sale un texto de lo más soso, seguro que con faltas de ortografía e incoherencias, pero que me alivia, que es de lo que se trata. Puede que me anime a hacer el meme que circula por ahí, no quedaría mal en el otro blog.

Mañana vuelvo a la fábrica, y Sandra ya está allí. Hoy he hablado con ella, y ya tengo ganas de empezar a trabajar. Va a ser un día muy raro, y seguro que tendré motivos para volver a escribir. Pero sólo lo haré si me apetece.

Blogger Daniel Mas said...

Si precisamente ahí está la grácia, en escribir cuando apetece y no hacerlo cuando no...

A mi personalmente me ha gustado mucho tu post, es muy tuyo, ni incoheréncias ni leches. Por cierto, que sepas que el Pont Aeri que mencionas estaba en Terrassa (mi ciudad) y ahora hay una disco de pachanga en la misma nave donde estaba (menos mal!).

Un abrazote!!

9:24 a. m., agosto 09, 2006  
Blogger Mari Carmen said...

Pues sí, sólo escribe si te apetece y de lo q quieras, q pa eso es tu blog!
Veo q estos días lo has pasado bien! Me alegro!
Besotes

2:02 p. m., agosto 09, 2006  
Anonymous Anónimo said...

You have an outstanding good and well structured site. I enjoyed browsing through it free php editor software recovery software ntfs gartner hummingbird software Cardcapture school uniform Customer services virgin atlantic Serta waterbed Email monitoring software Action bextra class lawsuit maine Infant milk allergy eczema madison area rugs

8:27 p. m., marzo 06, 2007  

Publicar un comentario

<< Home