Hasta el año que viene

Cualquiera diría que ahora que acabó la Campus tengo más tiempo para realizar las tareas pendientes (por ejemplo, actualizar el blog). Sí, claro. Cualquiera que no conozca mi infinita habilidad para buscar excusas. Además, que el blog no es una tarea, sólo escribo cuando me apetece, y en estos últimos meses creo que se nota.

Pero si tengo que buscar excusas, las tengo. Porque organizar la infinidad de datos que ha engordado mi pc estos días (donde infinidad se refiere a 540GB de datos, de los 1400 de trafico que han pasado por mi pc, 680 de ellos de bajada), pues da para mucho. Descomprimir, probar y grabar los 37 juegos, organizar y grabar las más de 35 temporadas completas de series de televisión (y verlas, que voy a tener sesiones maratonianas de sofá hasta el año que viene), por no hablar de la cantidad de películas que también "compartí" pues mira... por aprovechar. Y no me refiero al cine para adultos... Esas son una minoría. Vamos, que aburrirme hasta la próxima Campus, a la que iré si dios quiere y el demonio no lo impide, no voy a aburrirme.

Así que entre eso, prepararme para visitar a mi tía enferma a la que hoy le han dicho lo que el resto de la familia ya sabíamos (que lo que le han quitado es un tumor maligno, que hay que darle quimioterapia, etc.), y que más pronto que tarde me van a llamar para trabajar un mes en la fábrica de siempre (que falta me hace, ya que los señores de hacienda me han cobrado 900€ de más por un error de nada que ya veremos cuándo me los devuelven), no es que me apetezca ponerme a escribir sobre la Campus.

Pero tengo que hacerlo, porque ha sido genial.La lástima es que podría haber sido mejor aún si hubiera ido con mis colegas. Eso no quiere decir que no haya conocido gente, que los freaks de Albacete no están sólo en La Hora Chanante, pero de que coges confianza ya se te ha ido media semana, y también va cada uno a su rollo y no es plan de acoplarse porque sí. Por lo general el ambiente con la gente ha sido muy bueno, al menos a mi alrededor, ya que polémicas por ejemplo con el tema del tabaco las ha habido, y gordas.

Pero en general el ambiente que se respira es super friki, y a mí me encanta, y si me pongo a filosofar sobre ello supongo que será por el hecho de compartir aficiones con tantísima gente y ver que por muy friki que uno sea, nunca está solo. ¡Por no hablar de las azafatas!El componente "feria" de todo esto también se nota, y recoger regalitos inútiles de los patrocinadores tiene su rollo, y no solo porque en el 100% de las ocasiones sea una chica (y no una cualquiera) la que está detrás del mostrador. Y que conste que la única foto con una azafata que me hice fue la que puse en el post anterior, porque fue ella quien vino a mi puesto a soltarme el rollo sin darme nada a cambio. Y claro, ya me lo cobré yo por mi cuenta, fotito al canto y un par de besos como dios manda.

Y lo mejor tal vez no, pero lo más divertido me pasó fuera de la Campus. Conocí en persona a un dragón que aparca en doble fila con el freno de mano puesto y su colla de frikis informáticos, que querían desconectar un poco y vivir la noche de fiesta valenciana. Me ofrecí de guía, dentro de mis modestas posibilidades dada la escasa cultura de marchuqui que poseo, y vivimos, como bien dice mi buen amigo, un botellón de los que se recuerdan con una sonrisa en la boca. Momentos que vale la pena repetir y que estaría bien que no pasara mucho tiempo para ello.

Eso fue el viernes, y el sábado por la noche tampoco estuve mucho en la Campus, porque Sandra celebrara su cumpleaños y me invitó a la cena en su casa con sus amigos. Estuvo bien, porque éramos casi treinta personas pero les conocía a casi todos y estuve muy a gusto. Estuve hablando con Arlén, que me enseñó también la casa y las fotos de la boda, y Sandra me dijo que la han llamado para trabajar otra vez en la fábrica, de lo cual me alegro doblemente, por ella y porque puede que coincidamos los dos este verano cuando yo también entre. La verdad es que el trabajo no tiene nada de especial, pero los meses que recuerdo allí con ella, Taku y compañía, fueron muy especiales.

Y después de la cena ellos se fueron de fiesta, y yo, sintiéndolo mucho (y esta vez no es una de mis excusas para no salir) me volví a la Campus. Me hubiera gustado realmente salir con ellos, pero tuve que elegir y era la última noche de la Campus, y ocasiones para salir, si no pasa nada, habrá muchas.


En fin, que han sido muchas cosas, demasiados detalles para recordar, así que recomiendo a quien quiera hacerse una pequeña idea de lo que allí se vive, que se pase por el album de mi colega Dragoncete, porque yo me cansé de llevar la cámara de fotos encima al segundo día. Y es que quien piense que allí sólo se va a jugar y a piratear se equivoca, porque yo no me pasé todo el tiempo sentado frente al ordenador, ni mucho menos: me faltó tiempo para hacer todo lo que me hubiera gustado hacer.

Tendré que esperar al año que viene...