Una vez más

Hoy domingo comienzo la última semana laboral de mi ¿último? contrato en la fábrica, pero desde el viernes me siento como si ya hubiera acabado todo. Entonces fue cuando mi turno y el de Sandra dejaron de coincidir, aunque ya unos días antes empecé a echarla de menos. Siempre he sido precoz para las cosas malas, ya se sabe.

Pero de estos días de trabajo cerca de ella me quedo con el recuerdo del viernes, cuando almorzamos juntos y me di cuenta de algo que mi subconsciente, siempre presto a no reconocer y a subestimarme al no hacerlo, me oculta muchas veces. Que Sandra me aprecia tanto o más que yo a ella, aunque cada uno lo demostremos a nuestra manera, y aunque ya no hable tanto de ella por aquí como hace un tiempo dada mi tendencia a meter la pata al hacerlo, hoy tenía que hacer una excepción.

Sé que ya no lees mi blog por motivos que no vienen a cuento, pero puede que algún día vuelvas a hacerlo y quiero que sepas, una vez más, lo agradecido que me siento cada minuto que paso a tu lado. Y hoy más que nunca sigue siendo cierto aquel piropo que un día te dije, tan peligroso como fácil de malinterpretar.

Ni estoy enamorado ni quiero estarlo...