Mi medio limón

Parece que la cosa está ya como que... vamos, que bien. Atravieso últimamente un pequeño bache anímico, aparentemente sin motivo, o al menos sin motivo evidente. Pero ya como que... como que veo el túnel al final de la luz.

Acordarme de I. más que de costumbre por el hecho de darla a conocer en esta nuestra comunidad puede que fuera un comienzo. Con ello llegaron todas las viejas angustias existenciales sobre la falta de pareja. Que si unimos la casual reaparición de Anita en mi vida, todo empeora. Y ya parece que leas donde leas, todos hablan de lo mismo. Suerte que ahí está Valery para darme un poquito de perspectiva. Así que ni media naranja, ni media langosta, ni leches. Medio limón. Sí señor, con ron, hielo y azúcar. Y a coger un pedo por amor al arte. Que para todo hay una primera vez. Lástima que desde que me mudé a las afueras dependo mucho del coche y he tenido que renunciar a mi rubia favorita.

De todas formas, no es esto lo único ni lo que más me preocupa (o preocupaba). He acabado la carrera. He tenido un curro que me ha venido muy bien para sacarme un dinerillo y comprarme un coche, pero que no me llena para dedicarme a ello toda la vida. Me he operado de unas cuestiones desagradables de nombrar para algunos (hola, Bartolo). Y todo ello forma un segundo pequeño gran problema. Es lo que yo llamo: ¿y ahora qué?

Porque ahora es cuando uno se busca las castañas para encontrar un empleo decente, decide lo que quiere hacer con su vida, y todo eso. Y yo, de todo eso, no tengo ni puta idea. Y encima la maldita operación, cuya "rehabilitación" se prolonga un tiempo t, con t tendiendo a infinito.

Y es que ya empiezo a coger de nuevo el vocabulario científico abandonado temporalmente mientras apretaba tornillos, con categoría profesional de montador especialista, eso sí (¿puedo incluir eso en mi curriculum sexual?). Porque yo ya sabía que la mejor profesión es la de estudiante, si estuviera remunerada. Y las ganas de seguir estudiando se me habían ido (pobres papitos, tienen un solo hijo y les sale vaguete), pero visto el panorama actual... A lo mejor opositar no es tan mala idea. O presentarse al Radiofir, que se le parece.

Así que el lunes vuelvo a las maratones de biblioteca, que al menos allí hay buen "ambiente" y a lo mejor de rebote encuentro algo sin buscarlo. Y si no, como puedo ir en metro, me dedicaré a la receta del medio limón.