Sexo, sofá, y series de TV
También he estado leyendo blogs. He descubierto alguna joyita que me ha hecho reir con cosas de las que sólo me río cuando hablo con mis colegas físicos. Va a ser verdad, que la carrera te trastorna y somos meterial aparte. Como un portero de hockey hielo, o el batería de un grupo de rock. No sé por qué me ha dado por poner tantos links. Tal vez sean remordimientos por no escribir más. También es verdad que sigo el estilo de una de mis páginas favoritas, en la que se me va media tarde cada vez que leo uno de sus artículos llenos de humor y links interesantes. Espero llegar a parecerme un poco a Dan en el estilo. Porque para llegar a la joyita de antes aún tiene que llover mucho.
Escribiendo en otro blog, al intentar responder a la pregunta sobre mi mito erótico local, la primera que se me ha venido a la cabeza ha sido, por supuesto, I. Pero ella es mucho más que un mito erótico. Tal vez habría tenido que hablar de M., la compañera de la universidad por la que no sentía nada especial pero a la que, físicamente, sólo yo veía algo muy fuerte en ella, durante ocho años. Soy un poco freak, lo reconozco. Vale, soy bastante raro en algunas cosas. Para que una chica me guste tiene que tener un algo especial. No sé qué es ese algo, y dudo que sea lo mismo siempre, pero es así. Algún día hablaré de ello, porque rarezas tengo, y muchas. Vaya, eso pienso yo, pero quién no es un freaky en mayor o menor medida.
En fin, que me voy por la parra. Me voy, a disfrutar de las últimas horas de soledad antes de que vuelvan mis padres. El sexo, por ahora, es otra de esas cosas que disfruto más cuando estoy solo.
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