Confetti para la Leti

A veces le echo morro al asunto. No es lo habitual, pero ocurre. Como hoy. Me he escapado del curro y he ido a la mascletà. Mucho confetti, mucho "mariconismo", pero poco ruido. No soy ningún experto, pero no me ha entusiasmado la de hoy. Como novedad, estaban el Feli y la Leti en el balcón del ayuntamiento. Al menos el príncipe se ha asomado y le hemos visto los que estábamos debajo. La Leti se ve que no alcanzaba. No me entusiasma la monarquía, pero a la gente por lo visto sí. Si llegan a asomarse en mitad de la mascletà apuesto a que la gente se hubiera girado para verlos a ellos. Me río de pensarlo.

Llevo ya un buen rato frente al ordenador, pero siempre se me hace tarde para escribir y me entran las prisas porque quiero acostarme pronto. Hoy me ha dado por leer blogs personales, y la verdad es que enganchan. Mi lado cotilla es enorme algunas veces. Por suerte para mí, Valery ya se va soltando y va contando cosas. Y luego le respondo y no sé si hacerlo en su blog, en el mío, en los comentarios de su blog, en los míos... y acabo escribiendo en tres sitios a la vez y esto se parece a todo menos a un diario, que es la idea que tenía yo al empezar. Ni a una conversación por e-mail entre amigos, ni a nada que yo sepa. Bueno, seguro que se parece a pertenecer a la comunidad de bloggers, sólo que yo todavía no sabía cómo era eso. Empiezo a cogerle el gusto. Hay blogs por ahí muy currados, y mucho más interesantes que el mío. Será cuestión de tiempo, supongo, pero no sé... Tampoco tenía intención al principio de que mucha gente leyera mis pensamientos, pero empiezo a descubrirme pensando qué puedo hacer para conseguir que más gente me lea, y la prueba de ello es que lo primero que he hecho para personalizar mi blog es añadir un contador de visitas. Puedo decir con orgullo que a día de hoy, una semana después de mi comienzo, llevo la friolera de... ¿21 visitas? Si mis cálculos no me fallan... dos más dos igual a veintitantas... me llevo muchas... Pensaba que todas eran de la misma persona, pero tal vez no lo sea. ¡Diossss, la fama se me sube a la cabeza! Voy a tener que empezar a hablar de sexo, drogas y rock'n'roll para atraer a las masas. Sólo que en mi vida lo que más abunda es lo último. ¡Qué triste!

Pues me voy. Mañana más de lo mismo: trabajo, buñuelos, como el sábado no trabajo, por la tarde igual me voy a ver Fallas. Y todo esto yo solo. Como he leido aquí, la soledad puede disfrutarse. Aunque ya empieza a cansar.