No siento las piernas (segundo intento)

Bufff. Si pienso en lo que escribí ayer y no pude publicar se me quitan las ganas de seguir pensando. No voy ni a resumirlo. Al fin y al cabo, yo veo el blog como un desahogo emocional. Si no me apetece, no lo cuento. Lo que fuera realmente importante seguirá estando ahí en futuros posts.

Hoy tampoco siento las piernas, estar de pie 10 horas al día me mata. ¿Tendré sobrepeso, o estoy simplemente desentrenado? ¿O serán los p... los malditos zapatos? El curro sigue siendo el mismo de antes, pero sin la parte buena que es tener a tu alrededor a gente que aprecias. Bueno, por algo lo llaman "trabajo". Nothing is really work unless you would rather be doing something else. Estoy un poco plof, y creo que se nota. Será la perspectiva de dos semanas de mucho trabajo, o la de mañana por la mañana, haciendo papeleo en la oficina del Servef. La burocracia es otra de esas cosas de las que podría prescindir y no echar de menos ni aunque viviera 100 años.

Estoy demasiado cansado, y me temo que el hormigueo de las piernas no me va a dejar dormir bien. Mejor paso a un pensamiento feliz para despedirme: mi amiga A. del curro se alegra de recibir mensajes míos, y eso me alegra a mí. Aún recuerdo el abrazo que me dio cuando nos despedimos al acabar en la fábrica. Me hizo sentir muy bien. Intentaré no perder esa amistad, o la de su hermana S., aunque conociendome lo veo difícil.

Voy a ver si sueño con angelitos y me levanto por la mañana más animado.