Trabaja conmigo si tienes huevos
Desde Friends no me enganchaba a una serie de televisión como ahora con House. La verdad es que tampoco llega a tanto mi fanatismo como entonces, pero sí hasta el punto de no faltar ante el televisor todas las semanas sin excepción.
Supongo que de la serie me gusta lo que a todos: el personaje de House, con su humor ácido, su buena dosis de mala baba... y su ayudante Cameron. La segunda temporada no me entusiasma tanto como la primera, veo al doctor menos cabrón, que es lo que más choca al principio, pero la serie en general también ha mejorado en algunas cosas. Básicamente, la ayudante sigue estando como un queso y se la ve más guapa. Y si no me engaña la memoria, a diferencia de todos los capítulos de la primera temporada hay algunos pacientes que mueren.
Llevo ya demasiado tiempo sin trabajar. Encontrar trabajo, un trabajo cualquiera, es fácil, pero lo que yo quiero es trabajar de lo mío. Sí, ya sé: no me llames iluso porque tenga una ilusión. El otro día, tirando de los pocos contactos que tengo, conseguí que un amigo de mi amigo, quizá, tal vez, no lo sé, me deje trabajar de ayudante suyo. ¿Reparando maquinaria? ¿Para eso hay que ser físico? No lo creo, ni aunque haya que tratar con radiactividad, como es el caso, con la delicadísima y carísima maquinaria de los hospitales.
Pero está relacionado con la física aunque remotamente (trabajar de radiofísico en un hospital, si algún día apruebo el radiofir, no será muy distinto), y además así puedo coger experiencia y optar, quién sabe, a algo más dentro de un hospital. Porque a mi posible futuro jefe le conocen y le quieren en todos los hospitales de Valencia.
En el fondo es una buena oportunidad, o eso quiero creer. Me atrae la idea, aunque no está exenta de riesgos, como tampoco lo estaba el radiofir. A este hombre a quien aún no conozco le detectaron un cáncer de testículo provocado por la exposición a la radiactividad. Y se lo detectaron de pura casualidad (-"ponte, ponte, que te voy a mirar", -"¿y por qué no me miras los cojones?"). Así que no hay que olvidar que la radiactividad es algo serio, y bastante peligroso.
De modo que cuando llegué a casa el martes por la tarde, tras hablar con mi amigo, estaba por lo menos esperanzado. Se me abría una posibilidad nueva, y de repente no lo veía todo tan negro como en las últimas semanas. Pero cuando vi el capítulo de House por la noche, se me volvió a ir la alegría. Da que pensar, cuando menos. Claro que si me gano bien la vida, en Valencia, y con algo que me gusta, aun a riesgo de algún tumor que otro... qué más puedo pedir.
Las gónadas masculinas están especialmente expuestas y son muy delicadas a la radiación, pero como yo suelo decir: para lo que las uso...
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