This is the day

Hoy es el día. Dicen que hay una primera vez para todo en la vida. No es que yo lo crea ni sea un objetivo a perseguir. Todo es un concepto demasiado amplio, y cumplirlo todo sería agotador. Pero hoy he hecho algo por primera vez, aunque no sea lo que más me gustaría.

Siempre he sido tardío para casi todo, y no es sino hace bien poco que he empezado a comprarme ropa. Nunca he sido presumido ni me he cuidado mucho el aspecto, así que dejaba la responsabilidad de adecentarme para salir a la calle a mi madre. Ahora disfruto comprándome ropa, aunque no tanto como probándome tallas imposibles hace unos meses, y ya le ha llegado el turno a la ropa que nadie me ve.

Bien es cierto que en mi casa los gallumbos son como los perfumes: parece ser lo único que traen los Reyes Magos (de los regalos divertidos se encarga el gordo cabrón), así que tampoco recuerdo la última vez que mi madre me compró ropa interior, como cuando era pequeño. Pero hace poco, con la llegada de la primavera, le ayudé a hacer limpieza de tantísima ropa como tenemos guardada y que nunca nos pondremos ni nosotros ni las tres generaciones siguientes por lo menos. En cuanto a mis calzoncillos, no es que tirara ninguno sin estrenar a la basura, pero decidí comprarme yo algunos antes que estrenar los que me trajo algún monarca de dudosa realeza por orden de ni se sabe qué familiar lejano.

Así que hoy, junto a unos pantalones monísimos de la muerte para este veranito (dos tallas menores que los que gastaba el verano pasado, cómo me mola decir esto) me he comprado unos gallumbos. Son más monos... No es que piense ya en enseñarlos, o más bien en que me los vean en determinada situación horizontal, pero nunca se sabe, ¿no? Son más monos... Y con una frase premonitoria (sí, claro) escrita: hoy es el día. Son más monos...


Hoy no he parado en casa y creo que gracias a eso me he animado, porque no llevo muy bien estar en el paro. He descubierto algo que siempre he sabido, y es que cada vez me sienta peor la soledad. Necesito trabajar casi tanto por el contacto con la gente como por el dinero en sí. Echo de menos ver a Sandra más a menudo. Estos días no tengo ganas de hacer nada, ni siquiera escribir, pero si algo me apetecía recordar era estos últimos días de trabajo con ella, que en el fondo fueron mucho más bonitos de lo que yo esperaba.

La verdad es que estoy muy apático, no me apetece hacer nada. Con la de cosas bonitas que podría contar y que me gustaría releer y recordar en el futuro, y me pongo a escribir sobre unos calzoncillos. Estoy acabao. Se me viene el mundo encima cuando estoy solo, y el problema es que llevo demasiado tiempo solo. Creo que voy a estrenar pronto mis gallumbos nuevos.

Actualmente escucho: "Real (Melon Diesel)"