Propósito de año nuevo
Puede que sea el primer año que cumplo mi propósito de año nuevo. Esa pequeña promesa que quien más y quien menos nos hacemos a principio de año con la buena intención de cumplirla por nuestro propio bien y, tal vez, el de los demás. Y para mí tiene mucho mérito, porque nunca me duran demasiado las buenas intenciones, y porque no fue la primera vez que apareció este objetivo en mi cabeza.
Hace ya mucho tiempo que tenía la ilusión de quitarme unos kilillos de encima. Al final ya eran unos quince los que me sobraban, que se dice pronto, y volví a proponérmelo. El caso es que perdí seis kilos en seis meses sin darme ni cuenta. Y ahora me he quitado otros seis en tres semanas, eso sí, con bastante esfuerzo y pasando hambre.
No tengo intención de perder mucho más, pero sí me gustaría perder de vista para siempre la barriguita. La misma barriguita (entre otras cosas) que me ganó un sobrenombre de osito de dibujos animados, y la misma que casi me impedía al ducharme ver qué se esconde más abajo. Aunque eso no sea culpa sólo de la barriga.
El caso es que me veo mucho mejor, y supongo que eso se transmite a los demás. Incluso me he sorprendido pensando en cosas que hasta hace poco ni se me pasaban por la cabeza.
Lo malo de todo esto que me han vuelto las ansias por encontrar pareja. Y las prisas nunca fueron buenas. Al menos vuelvo a tener un objetivo, pero sigo sin saber por dónde empezar. Tengo un plan de tres fases, pero me falta definir una de ellas. Por algo se empieza.
Y lo malo de lo malo, es que sigo teniendo bajones y la lágrima fácil, como hoy mismo sin ir más lejos. Por suerte, como me dijo alguien hace tiempo (sabios consejos, a ocho mil pelas la hora), los bajones son cada vez menos, y de menor intensidad, lo cual indica que voy mejorando. Pero es sorprendente la facilidad con la que aparece el monstruo y el quiero y no puedo, y suelto la lágrima. Más que Weenie, en ocasiones parezco whiny.
Es una sensación horrible, y hoy lo de la pelusa me ha pillado totalmente desprevenido. Pero cuando alguien llora no es voluntariamente, y en esos momentos hay poco que uno pueda hacer. Salvo esconderse y no decir nada porque el problema es sólo mío y para no preocupar a nadie. Por suerte se me ha pasado enseguida, y las lágrimas han sido escasas.
Así que seguiré trabajando en mi plan. Fase uno: ponerme buenorro. Fase dos: ??? Fase tres: ligar mucho. El caso es que la fase dos se me resiste...
"Dicen que a las mujeres se les conquista por el estómago. Cualquier mujer que piense que el camino más corto para llegar al corazón de un hombre es a través del estómago, está apuntando 20 centímetros demasiado alto."
Sin cobrarte a ocho mil la hora, te digo que realmente me alegro de verte mejor (se te nota en la manera de escribir), y que la mejoría empieza por ahí, por tener cada vez menos momentos malos. Sé consciente de ello, y no te vengas abajo porque notes alguna vez cierta apatía.
Un beso
Buenoooooo, las cosas de palacio van despacio, el caso esq vas logrando tus propósitos, ahora a mantener el figurín y a subir ese ánimo mucho mas!!
Un besote!! :**
corazon!! me alegro que estés mucho mejor! poco a poco acabarás estando bien tu y buenorro!!!!!(como tu has dicho), pero también te digo otra cosa. que estés bien no significa que no tengas que llorar...
un besazo wapo!!!!
Creo q la fase dos sería subir esa autoestima, q me da a mí q la tienes algo baja... Y una vez q la tengas por las nubes, lo de ligar vendrá casi solo.
Un besito y animo!
jajajajaja me ha gustado el ultimo dicho
felicidades por tu nueva figura y besos
Cierto, piensa que llorar también es humano.
Me alegro de ver que poco a poco vas estando más animado. A la baja autoestima hay que pillarla por los huevos!
Una cosa es más una gran verdad de lo que dices, y es que cuando uno se siente a gusto consigo mismo, se nota en el resto. Igual por eso se da esa curiosa circunstáncia de "los que tienen novia ligan más". Piensatelo.
Un fuerte abrazo
Publicar un comentario
<< Home