Emocionado, y agradecido

Es curioso lo del messenger. En su día me hizo experimentar lo mejor del amor (y también lo peor, por desgracia). Anoche me hizo vivir uno de esos momentos mágicos, esta vez con una amiga.

El lunes al volver al trabajo ya tuvimos Sandra y yo una charla sobre este blog y todo lo que en él escribo. Una de esas conversaciones que no suelo tener con mis amigos y por las que llevo buscándome amigas desde el instituto. Ella me reconoció, entre sonrisas y sonrojos, que lo que escribo sobre su persona es muy bonito, pero que al pensar en ello le da corte. No hacía falta que lo jurara, la expresión de su cara al decírmelo no tiene precio. Sólo con eso ya me di cuenta que no me equivoqué al darle a conocer mi blog.

Anoche estaba escribiendo un post, precisamente sobre ella, cuando se conectó al messenger. Entre bromas, ciberbesos por sorpresa y halagos mutuos se me pasaron dos horas sin darme cuenta.

Conclusión: ella es la mejor mala persona del mundo. Y yo, un mentiroso encantador.

Un millón de gracias. Qué otra cosa puedo decir.