La noche me confunde

Este post iba a ser mucho más largo, pero el momento de sensiblería de anoche pasó y ha quedado reducido a esto.

He recordado otra de mis rarezas (algún día haré una lista), y es que me gusta conducir de noche por la ciudad. Ayer volvía de ver a mis ídolos del humor en el teatro y de cenar con mis amigos, cuando se produjo uno de esos momentos. Me invade la melancolía, o simple tristeza tal vez, y me limito a admirar el paisaje de luces y avenidas desiertas, recordando noches similares.

Como al volver a casa después de la última cena con los del trabajo. O después de la que hicimos los compañeros de instituto después de 10 años sin vernos. O aquella primera gran noche de fiesta para mí, en la cena de fin de curso en 3º de BUP.

Todas ellas fueron noches memorables, todas ellas con final triste, y en todas pude disfrutar con amargura y en soledad de las calles desiertas de Valencia por la madrugada.

Pero hoy no me apetece recordar todo eso.