<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d11363529\x26blogName\x3dEl+Weenie\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://weenie77.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://weenie77.blogspot.com/\x26vt\x3d-8639029271648590326', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
en isoHunt

08 agosto 2005

Puedo escribir los versos más tristes esta noche (III)

18 de Julio de 2005, Lunes

La última vez que nos vimos fue las navidades pasadas. Recuerdo la alegría y el cariño con los que siempre responde a mis llamadas o me recibe en su casa. Sigue dejándome sin respiración cada vez que veo lo guapa que está. Sigue igual de cariñosa que siempre. Sigue llamándome primo. Ambos sacamos tiempo de donde pudimos, entre los múltiples compromisos familiares de las fechas, y acabamos haciendo la compra juntos. Una tarde perfecta. Estaba con ella. Lo demás no tiene importancia.

Esta mañana, en el trabajo, me ha sorprendido ver que tenía una llamada perdida de Inés en el móvil. Normalmente soy yo quien la llama cuando voy a su pueblo, y cuando le escribo un mensaje desde Valencia y no me responde, no la culpo por no tenerme en la misma consideración en que yo la tengo a ella. Los nervios y el nudo en el estómago han sido inevitables hasta que le he llamado yo después de comer y hemos hablado.

Mi reacción inicial (y por teléfono no suele ocurrir a menudo) ha sido positiva. Me lo pone fácil, se alegra sinceramente cuando habla conmigo, y su voz me lo transmite. El motivo de su llamada era que quería saber cómo estaba yo, y si iba a ir este verano. No es habitual que ella se acuerde de mí, y desde luego no me esperaba que quisiera saber si vamos a vernos pronto. En el fondo sé que si yo dejo de llamarle, algún día se olvidará de mí. Es inevitable.

- A ver si vienes aunque sea un fin de semana y nos tomamos un café, o nos vamos a la playa un día, ¿no?

¿Qué iba yo a responder a eso? Si hubiera visto mi sonrisa no habría necesitado respuesta. Sólo el hecho de que ella se acuerde de mí y quiera verme es más de lo que podía esperar.

Nos hemos puesto brevemente al día el uno al otro. En mi vida hay pocas novedades, y menos aún que merezcan la pena ser relatadas. Ella, en cambio, estaba llena de noticias. Se ha comprado un piso con su novio, y quiere que vaya a verlo. También se han comprado un coche, y por eso, como no van muy desahogados de dinero todavía no tienen fecha, pero (y esta es la verdadera noticia que ha provocado todo este torbellino de emociones en mí) quieren casarse el año que viene.

- Me gustaría que vinieras a la boda, y si tú quieres te pongo en mi lista.

Cómo no voy a querer, por Dios. Como le he dicho a ella, allí estaré si puedo. Y si no puedo, también. Sueño o pesadilla, pero Inés vestida de blanco en el día más feliz de su vida es algo que ya he vivido más de una noche. Debe gustarme sufrir, pero no me perderé ese día por nada del mundo. Sé que si me lo ha dicho no es por cumplir, y si ella quiere que esté presente ese día, no seré yo quien se eche atrás. Aunque me duela presenciarlo, y sé que lo hará. Lo que no sé, es cuánto.

Aún conmocionado por la noticia, recuerdo haberle dicho que me alegro mucho por todo, y que me ha dado una alegría enorme al acordarse de mí y llamarme. Y también que yo me acuerdo mucho de ella y tengo ganas de vernos. Es lo más sincero que le he dicho nunca en cuanto a lo que siento por ella. También me ha preguntado, como cada año cuando hablamos, si tengo novia, y sólo he sabido responder como siempre, con un ya te contaré.

Hace no mucho, animado por unas amigas del trabajo, sopesé por un instante la posibilidad de decirle a Inés lo que siento por ella. Sin esperar nada a cambio. Sé que nuestra amistad no se iba a resentir por ello, porque la conozco y en el pasado me ha perdonado ofensas mucho peores que el quererla en silencio, sin remedio y contra toda esperanza. Ahora ya es tarde, porque un matrimonio, más allá de lo religioso, es un compromiso solemne para toda la vida (en principio), pero no veo el suyo como una oportunidad perdida para mí, porque nunca quise realmente decirle nada.

Por muy romántica que sea la idea, no seré yo quien abra la boca en el “que hable ahora o calle para siempre”. Ni antes de eso, ni después. No pienso arruinar su felicidad, sino compartirla en la medida de mis posibilidades. Me limitaré a disfrutar de su amistad a intervalos, mientras yo pueda y ella me lo permita. Compartiré con un sentimiento agridulce su felicidad cuando se case. Y lloraré en silencio por no estar en el altar junto a ella, como en mis sueños. Y lloraré siempre por no ocupar un lugar en su corazón. Como siempre he hecho. Como siempre haré.

[...]

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.


Anonymous Anónimo said...

Vaya... esa noticia debe doler... pero como ya dije anteriormente, x otra parte, sabiendo q esa persona será feliz aunq no sea contigo, se es feliz... aunq su vida la comparta con otro, pero se acordó de tí, y eso quiere decir q le importas, q tú tb estás en su corazón, aunq no sea como te hubiese gustado.

Ojala todo fuesen finales felices... pero al menos cuentas con su amistad, siempre es mejor q perder para siempre a una persona q nos importa.

Un beso muy muy grande :*

8:20 a. m., agosto 09, 2005  
Anonymous Anónimo said...

¿y vas a dejar que se case sin contarle lo que siente? ¿te vas a preguntar toda tu vida que hubiera ocurrido?

Yo sé lo dificil que es, yo tambien estoy enamorada de mi mejor amigo ... pero... ¿no vale la pena ser sincero?

12:45 a. m., agosto 11, 2005  
Anonymous Anónimo said...

En este caso yo haría lo q Joe... no diría nada, era para haberlo dicho antes, pero ella ya ha tomado la decisión de casarse no cambiará y además, es mejor no meterse en medio...

Nosé es mi opinión... tu caso netes es distinto a este...

Besos, q ya keda menos para el finde!!!!!!

8:11 a. m., agosto 11, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Percibo que estás hasta la cabeza con Inés... debe ser duro este momento.
Será cuestión de atrevasarlo lo mejor posible, acompañarla a ella en su circunstancia, y luego seguir adelante.
Seguramente cuando la tormenta emocional pase encontrarás otras "ineses", que no serán como ella, pero que tendrán otros encantos...
Besos...

10:25 a. m., agosto 12, 2005  
Blogger NOnameGIRL said...

¿Qué decir después de leer esto? Nada que no te haya dicho ya...

11:47 p. m., agosto 12, 2005  
Blogger Joe said...

Gracias por vuestras palabras.

6:16 p. m., agosto 13, 2005  

Publicar un comentario

<< Home