Cosas que no sólo pasan en la tele (II)

Un buen periodista nunca revela sus fuentes. Pero como yo no soy ni bueno ni periodista, tengo que decir que hay que ver, mi madre, de las cosas que se entera sin salir de casa.

Es lo que yo suelo llamar una maruja, pero sin tono despectivo alguno, que conste. Trabaja en casa, y tiene mucho tiempo para hablar con los vecinos, así que eso hace. Y claro, se entera de todo. Y claro, se lo cuenta a su hijo, faltaría más.

Poco a poco, nuestra pequeña tragedia vecindaria (sin llegar a tanto) va tomando forma y se encamina a su desenlace. Pocos días después de la vuelta a casa de la parte golpeante de la primera parte, un vecino vio a la parejita paseando a los perros. Siempre lo hacen por separado (tienen dos animalitos), cada uno con el suyo, pero esta vez no era así. Los dos juntos y medio abrazados. Se quieren mucho.

[Aviso: momento Aquí hay tomate]
Ese mismo vecino había coincidido con ella el día anterior, hablaron un rato, y cuenta el hombre que M.J. afirma que "no fue E. quien me pegó, fue mi hermano. E. me quiere mucho." O al menos esa es la frase que ha llegado a mis oidos tras pasar por varias personas, como en aquel jueguecito de cuando éramos jóvenes y cuyo nombre no recuerdo. Mi madre también es muy exagerada, por lo que he aprendido a no dar demasiada credibilidad a los detalles más escabrosos de las cosas que me cuenta. Anyway (cómo me voy por las ramas), que la excusa de M.J. no se la cree nadie. Seguramente lo dijo para evitar pasar vergüenza delante de todos los vecinos, porque desde el incidente se hallan los dos recluidos en casita sin dar prácticamante señales de vida.
[Fin del tomate]

A lo que iba, que otra vecina ha visto llegar a la casa de la pareja un par de personas con toda la pinta de agentes inmobiliarios. Conclusión: tienen intención de vender la casa y mudarse a otro vecindario donde todavía no conozcan el vergonzoso historial de E.

Porque ese es el tema de todo esto. No quieren pasar vergüenza y huyen de un problema que tal vez según ellos no exista (lo cual nunca soluciona nada, como todos sabemos, pero quién no ha huido alguna vez en la vida).

Y eso para mí es más que vergonzoso. Es bochornoso.