Duda existencial

Ya estamos en Junio, y me he dado cuenta sin tener que mirar el calendario.

Yo, que soy muy avispao y aprendo mucho de las novelas policiacas, he empezado a sospechar que algo pasaba cuando volvía a casa, en el coche. Por un lado, salían más niños de los colegios de lo que venía siendo habitual a mediodía. ¡Pequeños mequetrefes, todas las tardes del mes libres para cometer sus fechorías! (aunque quién pudiera ser mequetrefe y dedicarse a ello, ¿verdad?). Por otro lado, había más sitio para aparcar en el pueblo a pesar de que (otro indicio) algunas aceras ya están ocupadas por las típicas mesas de bar veraniegas.

Claro que podía haberme dado cuenta del cambio de mes a primera hora de la mañana, en la misma biblioteca.

Ayer ya estuve a punto de quedarme sin sitio. La gente se ha dado cuenta de que se aproximan los exámenes al mirar el calendario, y las típicas prisas de última hora (que yo también las tuve) se hacen notar. Pero es que hoy sí que he estado a puntito de no coger sitio. Por si la cantidad de gente no fuera suficiente para darse cuenta de que estamos en Junio, bastaba con mirar un poco más la calidad. Y eso he hecho, hasta el punto de poner en peligro mi salud.

O la población estudiante femenina ha aumentado en los dos últimos años, o yo me fijo más, o yo que sé. Pero es para ponerse malo. ¿Será que me estoy haciendo mayor y se cumple la maldición que me echaron mis amigos? Cuando afirmaba yo hace no mucho, inocente de mí, que Laetitia Casta tiene demasiadas tetas, ellos sonreían y decían: "ya cambiarás de opinión, ya". ¿Acaso con la edad los hombres nos fijamos más en las domingas? Yo siempre he preferido un buen trasero, pero es que esta mañana... Me faltaban ojos, lo reconozco.

Será cosa del verano, o de la edad, o que necesito un desahogo, pero esto no puede seguir así. ¿Habrá llegado ya el momento?

¿Ser (romántico) o no ser? He ahí el dilema.