<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/11363529?origin\x3dhttp://weenie77.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
en isoHunt

07 mayo 2005

Consejos

Anoche me fui a la cama pensando seriamente que necesito consejo, y que no sé a quién pedírselo.

Tras hablar con Anita y descubrir que siente algo por mí a pesar de (y no gracias a) nuestro encuentro del miércoles, yo veía venir lo peor. El quiero y no puedo. Y ella, que después de nuestros primeros años se ha convertido en la adulta de los dos, me dejó muy claro cuál es el próximo paso a seguir.

Yo mismo tendría que haberme dado cuenta de ello, pero supongo que algo en mi interior bloqueó ese pensamiento porque no me veía a mí mismo capaz de seguir adelante.

Somos amigos, de momento. Posiblemente hay algo más. Para descubrirlo y que las cosas sigan su curso, lo que hay que hacer está claro. Cristalino, diría yo: tenemos que seguir viéndonos.

Pero ¿cómo voy a ser capaz de ir otra vez a verla? Las cosas claras, nos hemos visto porque ella me lo ha puesto fácil y ha venido a Valencia. Aún así tuve que mentir a mi madre, como cuando fui yo a Alicante hace cuatro años ya. Y eso es algo que no podría hacer sistemáticamente. Nunca me acostumbraré a mentir.

Bueno, pues hablaré con Anita, que sea ella la que me aconseje y me ayude a superar mis miedos, como hice yo con los suyos antaño. Hay tantos pequeños detalles que no me gustan a la hora de pensar en escaparme a Alicante que necesito hablarlo con alguien, pensé anoche.


Pero esta mañana, como por arte de magia, lo he visto todo mucho más claro. He recordado que un consejo es lo que pedimos cuando ya sabemos la respuesta pero desearíamos no saberla. Y me he dado cuenta por una casualidad, por no llamarlo destino.

No sé cómo (he ahí la magia) mi madre ha sacado el tema de mis novias. Con 17 años ya tenía que haberme echado una, y ella ya sería abuela. Sin ella saberlo, me ha solucionado muchas cosas. He aprovechado la ocasión y le he hablado de Anita.

Salvo una pequeña decepción al saber que ni aun en el mejor de los casos habrá boda religiosa (con la ilusión que le haría ser mi madrina de boda), no ha puesto pegas a nada de lo que le he contado de ella. Que tampoco ha sido todo, por otra parte. Sigue sin saber que ya nos hemos visto dos veces.

Y eso es lo que mi madre quiere solucionar. Ya estoy tardando en ir a verla. No está lejos. Puedes hacer esto, o lo otro... No ha hecho sino darme facilidades. Vamos, que le ha faltado hacerme la maleta esta misma mañana.

Me he dado cuenta que las dificultades están sólo en mi cabeza, que con cualquiera que hable me va a decir lo mismo. Que mi madre tiene prisa por ser abuela, y sobre todo, que tiene prisa por verme feliz.

Así que voy a hacerlo. Voy a superar mis miedos y voy a ser feliz. Por mí y por Anita. Pero también por mi madre.